Título: ANA FRANK NO PUEDE VER LA LUNA

http://anafranknopuedeverlaluna.edicionesrilke.com

Autor: Pablo MÉNDEZ

Género: Poesía

ISBN-13: 978-84-937127-3-0

Editorial: Ediciones Rilke 2010

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94 pgs. 12 €

Nacido en Madrid en 1975, Pablo Méndez publicó su primer libro con apenas dieciocho años y en 1994 la publicación de Una flecha hacia la nada, le situó entre los poetas más interesantes y controvertidos. Es autor también de Barrio sin luz, Patio interior y Alcalá blues, todos ellos incluidos en Cadena perpetua. Poesía que viaja constantemente entre lo social y lo existencial, que busca siempre al ser humano y lo rescata de su natural tristeza.

Ana Frank no puede ver la luna está dividido en tres partes. Confirmando a Ana Frank como el gran símbolo de amor a la vida y a la literatura con un final de tragedia, Pablo Méndez ha escrito su libro más hondo y emocionante. Literatura y ausencias en cada página, amor por todo y dolor al mismo tiempo en una poesía que siempre sabe describir la auténtica debilidad del ser humano.

EXTRACTO OBRA

 

Paseando por el Parque Gloria Fuertes

Te gustaría el vagabundo que duerme

esta mañana de abril, en el banco

del parque que lleva tu nombre,

y más aún, la pareja, que mañana viernes,

se besará en aquella esquina

como si fuera a terminarse el mundo,

aquí estoy, recordando aquella casa

tuya dos calles más abajo, donde

me preguntabas por las novias

que no tenía, y por mis sueños

que empiezo a ver

en el bulevar de la distancia,

vengo del médico, fíjate, tengo

angustia, dolor de cabeza,

y una tristeza que a ti ya

te gustaba poco en aquellos

últimos años de tu vida,

murió mi madre, algunos

amigos, y un montón

de preciosas palabras,

pero me queda tu jardín

y la poesía, la poesía siempre

de tu mano, de la de todos,

como un pulmón verdadero y ágil

para seguir viviendo.

 

Los paraguas de la tarde

Los paraguas de esta tarde eran extraños,

me hablaron, me dijeron verdades

de tu tiempo y el mío,

sabios, como viejos que hablan de la vida,

todos a la vez

gritaban y gritaban,

era la lluvia también,

y la noche, y el miedo

a seguir solitariamente acompañado.

 

Ana Frank no puede ver la luna

Hoy, Ana Frank cumpliría ochenta años,

¿cómo será ese sueño hondo

de cumplir y cumplir

ochenta años?

quién puede bajarse

del tren de la vida y mirar caminos

ochenta años

ochenta, ahora tendidos

en el árbol viejo de la muerte,

ochenta años

yo miraré por ti los fresnos,

apagaré las velas,

celebraré la luna,

besaré a mi mujer,

este es mi regalo:

felicidades.

 

Perdón por el poema

No, no sabéis lo que es

desear que una madre muera,

(dolor me da sólo escribirlo),

verla deshacerse cada día:

cada vez más pequeña,

no saber si sufre, si tiene vista,

si sabe que está muriendo,

si escucha el dolor

y la angustia de los demás,

no, no sabéis lo que es

preguntar a las enfermeras:

cuánto tiempo,

sentir

su respiración

como un lamento débil y hondo,

decirle: muérete ya,

y llévate contigo

todo lo que amaste en la vida,

pero muérete ya

pues no hay dolor más grande

que el olvido imposible,

ni luz más dolorosa

que la que no puede apagarse.